Cada día nos levantamos sin percatarnos del extraordinario milagro que significa simplemente existir. Damos por sentado el latido de nuestro corazón, el oxígeno que llena nuestros pulmones, la capacidad de ver, oír, tocar. Nos acostumbramos a estar vivos sin detenernos a admirar la maravilla que es.
Nuestra mente se pierde fácilmente en pensamientos banales, problemas, preocupaciones. Nos olvidamos de apreciar el ahora, ese momento único e irrepetible. Nos desconectamos del asombro que debería acompañarnos cada instante de nuestra existencia.
Sugeriría detenernos a admirarnos, eso hace que quieras o no, que ocurran cambios profundos en nuestro cuerpo y mente. El pulso y respiración se tranquilizan. Se liberan endorfinas, llenándonos de placer y vitalidad. Nuestra perspectiva se expande, somos más conscientes del entorno. Los pensamientos negativos se disuelven ante la belleza del momento presente.
Debemos recuperar la capacidad de admirarnos, de dejarnos sorprender por lo cotidiano que equivocadamente damos por sentado. Abrir los ojos cada mañana observando lo milagroso de un nuevo día. Permitamos percibir la magia divina que hay en cada respiración, cada paisaje, cada sonrisa y que esta ilumine nuestro interior.
Albert Einstein decia: «Hay sólo dos formas de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo lo fuera.» Aliniemos nuestra percepcion a esta última forma. Recuperemos la inocencia y el asombro ante la vida.
Me pregunto: ¿En que momento la perdimos esa capacidad de asombro? Percibamos lo extraordinario en lo ordinario. Seamos conscientes que en algun punto NOS OLVIDAMOS DEL ASOMBRO QUE ES ESTAR VIVOS.
Ariel Baldellon 🧙🏻♂️